3 (tres, three, trois)

15 de Febrero de 2012, Olivos.

Esto recién comienza

el amor infinito

de un alma hacia

algo maravilloso como otra alma,

desnudas,

sintiéndose.

Viajar a otra galaxía,

como astros

con el mismo rumbo,

el mismo destino,

el amor.

Te ofrezco mi cama,

como un cielo de estrellas,

una luna como almohada,

un cosmos nuevo

de amor y de aventura.

Y en el cenit de su cordura,

esconder la locura,

transformar tristezas

en lagos de risas.

2 (dos, two, deux)

Mayo, 2011.

Resulta imposible. Es un sueño hecho realidad. La mujer de la que hablé se materializó, y ahora puedo disfrutar de su hermosura, de besar sus labios inescrupulosos, y su cuello de princesa; de rozar su piel, y causarle (y causarme) los escalofrios mas dulces. Aun no sé su nombre, Rosario creo. Cada día que pasa, la espera de verla otra vez se hace destructivamente larga, pero con el sabor de que se acerca el momento. Antes de dormir, antes de despertar, antes de sentir, o de respirar, siempre antes de todo está ella. Se incorporó a mí, y no me di cuenta, y ahora la siento inseparable.

1 (uno, one, un)

Debió ser febrero. Marzo tal vez. El hecho es que no pude olvidar sus ojos negros, oscuros, pero tan llenos de luz, y de un hermoso reflejo de su interior, comprimido, precioso, intocable, como un diamante. Eso. Alma de diamante. Oh, tan bella, su pelo y sus manos, sus labios, su ser. Inalcanzable.

HE WON'T LEAVE ME ALONE

Destruye tu centro y sumergete en el sonido para espantar los fantasmas de esos pájaros azules que dejaron de sonar. Tu mente navega las tibias aguas de la soledad y el encierro. Desnudo, conoce otro mundo, algo más allá del tiempo y el espacio. Ronda perdido pues a dejado de sonar. La locura se enciende con monumental ambición en este concierto sin sentido. Adios al hambre de gloria de ser un fenomeno en tu salsa. Adios al hombre que no conoce el cielo, porque le sienta mal.

Dalila

Yo no sé si usted llegó a mi vida con la misión expresa de rescatarme de una guillotina inminente, pero es cierto que su llegada me salvó de escoger entre la muerte y la locura.

La locura: una cárcel distante cuyas puertas son tanto más nítidas cuanto menos uno se resigna a vivir en el horror. La locura no brota como una súbita infección en el cerebro. La locura es aquella enfermedad que sólo nos amenaza cuando ya sus uñas se han alojada en las entrañas, de modo que pelear contra ella es también despedazarnos el vientre, oprimirnos los pulmones, perder el miedo a la muerte como se pierde la inocencia y el amor.

El amor es un bien que no se ha perdido. Cuando entre las condiciones que se le ponen al amor no se halla la correspondencia de quien se ama, y en realidad tampoco puede hallarse ninguna otra porque se ha decidido amar incondicionalmente, el amor, que por su propia vehemencia vive más allá de posesiones tan irrelevantes como el bienestar y la cordura, sólo puede perderse con la vida. No he muerto, luego amo.

Amo a una mujer a la que no conozco, y tal vez a ello se deba que no puedo cesar de contemplarla cada vez que la ausencia del mundo me brinda el anestésico de la soledad. Sé que esa mujer existe, podría dibujar la fachada de la casa donde vive y pienso, porque así aún lo quiero, que ocupo algún lugar en su memoria; pero a mí la memoria no me ha servido sino para frenar mis pasos, atar mis ojos al interior de los párpados y proyectar en ellos la película más obsesiva del mundo: Dalila.

Dalila es un nombre que no tiene cuerpo. Dalila es la palabra que a diario me visita pero jamás se queda a dormir. Dalila son seis letras formadas por cuchillos. Dalila es el principio de la música y el fin de la plegaria. Dalila es ese nombre que un día escribí en los muros de la casa de Dios; desde entonces acaricio su textura, tal como otros recorren con manos, boca y ojos a sus mujeres. Dalila se pronuncia degollando la lengua, y luego acariciándola. Es el nombre que tuve que inventar para ocultar al otro: el innombrable, aquél que sepulté para ya no decirlo ni pensarlo ni escribirlo. Y si hoy abandono mi juramento y escribo ese nombre en el sobre donde habrán de viajar moribundas de miedo estas palabras, lo hago con el solo propósito de que lleguen hasta usted, aunque con la secreta esperanza de que jamás lo logren. Quiero pedirle perdón por mi atrevimiento, por mi cobardía y por cada una de las debilidades que con seguridad me hacen indigno de habitar sus recuerdos. Pero antes de narrarle una historia que es más suya que mía, debo también pedirle perdón por ella, por Dalila.

Dalila es usted.

Xavier Velasco, Diablo Guardián

Conclusiones (una respuesta)

Saco mis propias conclusiones. El mundo sigue tal cual lo dejé. Los sueños se caen, pero la ilusión persiste, en un pedestal sembrado por la ignorancia del que ignora lo que se dibuja frente a sus ojos: un momento interminable de un extasis de alegría inconmensurable provocado por un súbito dolor en el esternón. Solamente sonrío en la penumbra.

Da vuelta el sol

Mientras un manto de humo azul cubre mi lozana juventud con su excéntrico sonido fluvial, las palabras llueven y se imprimen en forma poética, como billetes fuera de serie en un circo económico letrado. Un valor predeterminado por un ente regulador califica (sin razón ni bases claras) de bueno o malo lo que un montón de cánones estúpidos le hicieron creer. Un chirrido; furia; calma; incesantes gotas mueren, estallando contra el octavo mar, pavimentado por el olor (y el dolor) de una noche más.

Consumíanse pitada a pitada.

Incierto es el destino de aquel que se entrega en alma y vida a su literatura, pues sus escritos persistirán, con calor o con frío; con miedo o amor; esperanza y desatino de un transeúnte nocturno, envuelto en un velo de silencios lúdicos y agudeza virtual.

Hasta mañana.

Ahora o nunca, el cielo ha dejado de llorar.

La conciencia desnuda abre los ojos, y deja ver la esencia. El caos no es más que una sucesión desordenada de ficciones y realidades ordinarias. Los zapatos al sol como símbolo de otra noche que posó para zombies sociales; y sus horrendas máscaras de putrefacción interna, quemandolos a la luz de un punto plateado y brillante, en este cielo oscuro, que es el mar, que es la tierra, que es el alma.

El aroma de unos jazmines, húmedos de rocío nocturno, penetra en mi piel, curtida por las circunstancias, y así, desconfigurose mi edad y mi mirada. Pongo mi nivel intrínseco en penitencia en un rincón sucio, para dejar brotar el espíritu extrínseco; hedonista arrepentido. Con altibajos, este heraldo se guarda en un bolsillo, y acompaña a la hoja de laurel, símbolo griego que nos da vida, y triunfo.

The treetops bubbling wine

keep motionless 'cause you also freeze the wind;

And the time.

your love's concert ended

and i could not play

Nada te librará de tus pensamientos, mas tus pensamientos te libraran de muchas cosas. Tales cosas, opresiones constantes de un sistema homogéneo y demagógico, cierran tu mente, lo que permite un dominio parcial, que puede evolucionar (involucionar) en un dominio total.

La lluvia incesante, un panorama extraño para encontrarte. Quién hubiera pensado? Mi elegancia fue una señal que mostró la importancia del hecho que se llevaría a cabo en breve. La subida, las conversaciones interminables sobre lo que viene, lo que venía. Pero todo desbaratado por tu culpa. Tu encuentro, ahí estabas! Tu llanto chillón nos percató. Te conocimos. Estabas acompañada, pero tan indefensa. La vida nos unió. Y nos mantendremos unidos.

Y por fin logré situarme en ese estado de intemporalidad que produce los viajes. El constante consumo de marihuana hace de la travesía algo agradable, cálido, confortante y fascinante. La arena, blanca y delicada como la piel de un albino, se escabulle entre mis dedos como si mis pisadas dolieran. El mar, calmo, se pierde en el horizonte; se camufla, y se mezcla con el cielo, generando una visión algo confusa. Los morros, impenetrables, guardan millones de espécies en todo su espesor, y tornan siniestro y estremecedor el solo situarse frente a ellos (no quiero describirles lo que es atravesarlo). Se sienta, enciende uno, y disfruta del paisaje.
- Turista, eh? -pregunta un tipo sentado al lado suyo. De donde salió? O es que no se habia percatado de su presencia al sentarse en esa playa tan caribenã.- Me convida una pitada?
- Claro, no veo porque no.
Una, dos, y se lo entrega, con cierta desconfianza de quien se encuentra en un lugar extranõ, sozinho y fumando.
- La gente por acá es muy liberal, sabe, pero tiene que tener cuidado con la policia militar, esos si te joden.
- Gracias, lo voy a tener en cuenta -contesta, con la intención de finalizar el encuentro.
- Te estoy cayendo mal? Si te jodo, me voy.
- No, para nada- "Hipócrita!" le grita algo en el oido.
- Genial. Mario es mi nombre, cualquier cosa que necesites, estoy en la barra de ese bar. Gracias por las secas.
Y como llegó, se fue. Pensó que se iba a tornar tedioso, mas fue una experiencia diferente.

Se encuentra en ese umbral majestuoso, (que abre la puerta a esa dimensión desconocida e inexplorable, infinita en su barrera de tiempo y espacio) y entre incertidumbres e indecisión, el primer paso a la liberación se extiende hasta el fin de los días. La necesidad de avanzar es imperante, pero los cánones sociales impuestos desde que su antena parabólica puede captar señales ectoplasmáticas, lo anudan a un pasado y a un miedo que cree insuperable. Pero no lo es. El hombre fue evolucionando (hablando con completa y total subjeción) en el concepto estúpido que alguien inventó y que se le ocurrió llamarlo razón. Y es por eso que se perdió la impulsión, el coraje, ya que uno puede analizar diferentes situaciones, puntos de vista, equilibrar opciones y solucionar su conflicto en cuanto a lo que el cree más apropiado. Pero, ¿qué pasa si lo apropiado no hubiese sido pensar antes de actuar, sino actuar, y pensar en lo actuado? ¿Por qué no en vez de razonar, no solo siente? Es que la sociedad a involucionado en cuanto a lo que podriamos llamar espiritualidad. Nietzsche dijo: "Fé es no querer ver la verdad". Concuerdo con la frase, pero desde el punto de vista religioso. Pero aquí se plantea mi contradicción. ¿Acaso la espiritualidad no es algo religioso? Bueno, cada ser humano es libre de adaptar lo que la sociedad y el mundo nos da, a nuestro antojo. Por eso existe el pensamiento, la libre elección. Nuestro interior es inviolable. Lo que sentimos, pensamos, es parte nuestro, y ningún hipócrita embustero puede robarnoslo. Redescubranse, vean las enseñanzas positivas que nos deja la vida, y que acrecenta nuestro interior.